PEQUEÑOS CAFICULTORES, GRANDES CAMBIOS.

Un caso de éxito sobre la reducción de la huella de carbono en la caficultura Caucana.

Una de las estrategias más importantes para Solidaridad, en su búsqueda de la sostenibilidad, es la aplicación de prácticas de Agricultura Climáticamente Inteligente.

Por ello, avanzamos en la implementación de un proyecto piloto con 60 familias caficultoras de la Asociación de grupos productivos – Asogrupos, ubicadas en La Sierra – Cauca. El objetivo: reducir la huella de carbono de estas familias, implementando un modelo de finca más amigable con el medio ambiente.

En el proceso, un integrante de Solidaridad y una técnica contratada por la asociación, trabajaron junto con los agricultores en la disminución del consumo de leña, la siembra de árboles y la producción de abono orgánico para los cultivos.

Estufas, leña y sombra para los cafetales.

Anteriormente las 60 familias usaban cocinas tradicionales que requerían grandes cantidades de leña proveniente del bosque nativo. Además, la estructura de sus estufas hacía que el espacio se llenara de humo, afectando directamente a las mujeres encargadas de preparar los alimentos. “En esa cocina hacía mucho calor, había mucho humo, hacía daño para la vista y hacía doler la cabeza”, explicó Rosa Inés Córdoba, una de las caficultoras que participaron en el proyecto.

Por ello parte de la iniciativa consistió en instalar nuevas estufas, que además de ahorrar leña, producen menos humo y lo expulsan directamente fuera de la casa. “ La comida se hace en menos tiempo y el humo sale por arriba. Usamos menos leña, porque se parte en pedacitos y calienta más rápido”, agregó Rosa Inés.

Pero, más allá de reducir las emisiones de carbono haciendo más eficientes las cocinas, el proyecto se planteó el reto de reforestar y renovar los recursos naturales, pues la zona ha sido afectada desde hace al menos dos décadas por la tala excesiva de bosque para la siembra de cultivos ilícitos.

“Tenemos que dejar de talar los árboles. Hace 20 años, las tierras de la parte alta del municipio eran montañas vírgenes”, aseguró Francisco Arias, Gerente de ASOGRUPOS, quien motivó a las familias a cumplir con este objetivo, pues considera que uno de los retos más importantes del departamento es dejar atrás el vínculo con los cultivos de amapola.

Por eso, con la ayuda de Julián Titiango, ingeniero forestal de la zona, cada familia sembró 200 árboles de especies como la leucaena o el fresno que sirven para el uso exclusivo de leña y 10 árboles más de especies nativas como el roble, el cedro rosado y el cachimbo, para dar sombra a los cafetales, regular los niveles de agua y conservar del suelo. En total se sembraron 12600 árboles en La Sierra, que además de los beneficios anteriormente expuestos, contribuyen a la captura de carbono.

¿Para qué comprar lo que se puede hacer en la finca?

El último componente de este proyecto está actualmente en curso y consiste en capacitar a los caficultores para que elaboren su propio abono a partir de los desechos orgánicos de la cocina, cenizas y desechos de los animales. Con ello, la iniciativa contribuiría a la reducción de la contaminación que se suele producir por la mala gestión de los desechos y a la reducción de las emisiones de carbono propias de la utilización de fertilizantes químicos.

Por último, la inclusión de esta práctica, disminuirá la dependencia de insumos externos reduciendo costos a los agricultores y permitiéndoles aumentar la productividad en sus fincas.

Datos curiosos

  • Solidaridad busca replicar esta experiencia para seguir reduciendo la huella de carbono en la cadena de café de Colombia.
  • La asociatividad es un elemento clave para desarrollar iniciativas como esta pues permite trabajar simultáneamente con a varias familias de pequeños productores y llegar a ellos a través de un sólo contacto.
  • Asogrupos lleva más de veinte años trabajando por el fortalecimiento de los pequeños agricultores en la Sierra – Cauca.
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