El estudio desarrollado por Solidaridad, La Plataforma Global de Café, GCP por sus siglas en inglés y La Plataforma de Comercio Sostenible, explica que las decisiones de los pequeños caficultores en relación con la producción, la comercialización, el ahorro, la inversión y el consumo no necesariamente buscan maximizar las ganancias.
La prioridad de estas familias es atender sus necesidades básicas, especialmente la alimentación, invirtiendo alrededor del 72% de sus ingresos en este rubro. Lo anterior los hace más vulnerables a factores como las fluctuaciones del clima, los precios y la presencia de plagas y enfermedades en los cultivos, por lo que prefieren reducir los riesgos, en lugar de maximizar los ingresos.
El asunto clave que señala el estudio es que, en el trabajo con pequeños productores, la mayoría de intervenciones (apoyos de proyectos, programas y políticas) giran entorno al manejo agronómico y al aumento de productividad y rentabilidad. Pero, aun si los productores son conscientes de las necesidades tecnológicas de su unidad productiva, no siempre tienen la capacidad financiera, de mano de obra o la superficie necesaria para invertir en expandirla o mejorarla.
La toma de decisiones de este tipo de productores se guía por criterios distintos a los de un modelo empresarial. Por lo general, los hogares minimizan sus gastos en insumos, así como la contratación de trabajadores y no incluyen en sus costos el trabajo de la familia. El saldo de la producción es capital disponible para satisfacer las necesidades del hogar.
Al mostrar la lógica bajo la cual los pequeños agricultores toman sus decisiones respecto al cultivo, el estudio busca aumentar el entendimiento sobre su realidad y mejorar así el diseño de intervenciones destinadas a apoyarlos.